domingo, 22 de septiembre de 2019

7° - 6A-3. Taller: 1492 Sed de oro de los conquistadores


1492: Sed de oro de los conquistadores

Fuente: https://www.guao.org/biblioteca/una_vision_critica_de_la_conquista_de_america

«Salían en multitudes (los nativos) hacia el barco y muchos de ellos llevaban piezas de oro en sus pechos y algunos llevaban brazaletes de perlas alrededor de sus brazos. Yo me regocijé profundamente cuando vi estas cosas y no escatimé esfuerzos para descubrir de dónde las conseguían...» Así narró Colón su costeo de la Isla de Trinidad durante su tercer viaje a América, encendiendo una mecha de codicia que no podría apagarse. 


Cuando la euforia tras la toma de Granada animó a los Reyes Católicos a aceptar la nueva ruta a las Indias que les ofrecía el navegante genovés, el ánimo de lucro (aliñado luego con el afán de gloria y el propósito evangelizador), funcionó como el mejor de los acicates. Persiguiendo móviles económicos, mercantiles y políticos, Colón creía dirigirse a las ricas tierras de Cipango y Cathay, pero sin llegar a saberlo se topó con América y su oro. Los conquistadores posteriores contemplaron cómo los jefes indígenas de Centro y Sudamérica se adornaban con objetos de este metal precioso y se propusieron encontrar de dónde salía. 


Tanto en su afán por capturar esclavos (Colón mandó 500 a la Corte) para trabajar en minas y plantaciones, como en su incansable búsqueda de oro, plata, perlas, piedras preciosas y joyas, los conquistadores actuaron con una gran crueldad, amplificada luego por la leyenda negra propagada por las élites del centro y norte de Europa.


Pero la violencia extrema usada por los españoles no era una excepción criminal, sino norma común en las guerras de la época, como nos recuerda el historiador francés Bartolomé Bennassar en su libro La España del Siglo de Oro, donde narra como ejemplo los expeditivos métodos de amedrentamiento utilizados por Symphorien de Dufort (1523-1563) en las guerras de religión francesas, al hacer explotar a las mujeres católicas de Agen después de haberles rellenado el sexo con pólvora, mientras que en 1562 su rival, el mariscal de Francia Blaise de Monluc, hizo cocer a fuego lento a 700 hugonotes, hombres y mujeres, capturados en la villa de Penne.  


Fuente: https://www.elconfidencial.com/cultura/2013-10-12/ejecuciones-mutilaciones-violaciones-asi-fue-la-conquista-de-america_40390/

Fueron muchas las exploraciones tierra adentro organizadas por los españoles, quienes, tenaces y brutales, se enfrentaron a no pocas tribus indígenas en una carrera en pos de sus riquezas. Ésta se vio reavivada por la conquista del imperio azteca (1519-1520) por parte de Hernán Cortés, que consiguió allí un tesoro de 380.000 pesos de oro (cada peso equivalía a 4,6 gramos) fundidos en barras, según relató Bernal Díaz del Castillo.  


Cayó luego, a manos de Francisco Pizarro, el aún más rico imperio de los incas, y su derrumbe nos brindó la historia en la que quizás mejor se amalgamen la sed de oro y la crueldad inherente a querer calmarla. Nos cuenta Francisco López de Gomara cómo Atahualpa, el último soberano inca, al verse cautivo de los españoles, se comprometió a comprar su libertad llenando la habitación en la que se encontraba de oro y plata hasta la altura a la que llegase con su brazo extendido. Pero antes de que la estancia fuese colmada, Pizarro dio garrote al inca en Cajamarca un 26 de julio de 1533, pensando que así tendría menos resistencia para conquistar aquellas tierras.  


Tras pesar el rescate de Atahualpa, resultó ser de 11.960 kilos de plata y 1.326.500 pesos de oro. El rey recibió su 20% y cada uno de los soldados de Pizarro recibió más de 18,6 kilos de oro y unos 41,4 de plata, los capitanes de 30 a 40.000 pesos, mientras que Pizarro, como capitán general, ganó más que nadie al quedarse con el tablón de oro que Atahualpa llevaba en su litera, «suma y riqueza nunca vistas».  


Fuente: https://afcarmedia.com/2019/07/04/la-filosofia-de-la-conquista-en-america/

A comienzos de 1541, un cronista español, el madrileño Francisco González de Oviedo, echó más leña al fuego de la codicia plasmando por escrito la leyenda recogida de indios y soldados que hablaba de un gran señor «que anda continuamente cubierto de polvo de oro tan fino como la sal (...) cada mañana se embadurna con una resina que pega muy bien. El oro en polvo se adhiere a esta goma (...) hasta que todo su cuerpo está cubierto desde las plantas de sus pies a la cabeza 


Sembrado el ¿mito?, otros cronistas como Cieza de León y Juan de Castellanos abundaron en él, motivando a no pocos exploradores a partir en busca del Rey de Oro, quien vivía en una tierra tan rica que cuando se arrancaban manojos de hierba de la tierra tenían metal precioso en las raíces.  


Entre otros, buscaron infructuosamente El Dorado hombres como Gonzalo Pizarro (1540), Diego Fernández de Serpa (1568), Pedro Maraver de Silva (1569), sir Walter Raleigh (1595) y Fernando de Berrío (1598), aunque sin duda alguna el prototipo del explorador obsesionado con dicha leyenda fue el muy cruel Jiménez de Quesada. Este partió de Bogotá en diciembre de 1569 en la expedición más importante de cuantas se habían realizado hasta entonces, y tras vagar por los llanos durante dos años, volvió con los restos. De los 300 soldados que llevó regresaron sólo 50; de los 1.500 indios y mestizos, tan sólo 30, y de los 1.100 caballos, 30 ó 40.  


Fuente: https://co.pinterest.com/pin/535295105688029441/?lp=true

Nadie dio nunca con El Dorado, aunque lo siguieron buscando. En 2002 el explorador polaco-italiano Jacek Palkiewicz creyó haberlo hallado en las profundidades de la selva amazónica del sur del Perú, mientras que el pasado 9 de octubre el Diario de Cusco señalaba que los aldeanos del poblado de San Martín habían identificado los restos de la mítica ciudad de Paititi, donde se habrían refugiado los incas con sus tesoros a la llegada de los españoles. 


Texto tomado de: elmundo.es (2019): “1492: sed de oro de los conquistadores” https://www.elmundo.es/cronica/2017/10/15/59e2667b468aeb034b8b45f5.html




        Comprensión de lectura en el taller 6A-3.



Sociales 7°

6A-3. Taller: 1492 Sed de oro de los conquistadores

Habilidad

Comunicativa - Lectura comprensiva  

Desempeño

Idéntica hechos históricos sobre la conquista de América a partir de la lectura de textos  

Actividades

1. Comprensión de lectura 




👉 Actividad 1. Comprensión de lectura


Una vez realizada la lectura del texto resolver las siguientes preguntas:
  • ¿Cuál era el propósito de Cristóbal Colón al iniciar su viaje?
  • ¿Según el historiador Bartolomé Bennassar, cómo era la actitud de los conquistadores y militares en las guerras de aquella época?
  • ¿Por qué cree usted que los conquistadores codiciaban tanto el oro?
  • ¿Cuál es su opinión sobre la actitud de Francisco Pizarro con el soberano inca Atahualpa?
  • ¿Por qué cree usted que el autor dice que cuando el cronista madrileño Francisco González de Oviedo, escribió sobre la leyenda del dorado, le “echó más leña al fuego de la codicia”?
  • ¿Por qué razón cree usted que el autor del documento usó el concepto “sed” en el título de su artículo?
  • ¿Qué importancia tiene la mítica ciudad Paititi con relación a la conquista?


1 comentario:

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